Según los textos romanos, Octavio se vio obligado a someter a estos pueblos debido a sus continuos ataques y saqueos contra sus vecinos autrigones, turmogos y vacceos, pueblos ya sometidos a Roma. Sin embargo sabemos por los mismos textos que en el año 29 a. C. los vacceos se sublevaron contra Roma y que los astures y cántabros eran sus aliados, como lo habían sido en varias ocasiones en las guerras celtibéricas.

Es más probable que los romanos pretendiesen acabar con un foco continuo de conflictos que podía inclinar a otros pueblos a la revuelta. Otra razón para someter a estos dos pueblos es la búsqueda de fronteras naturales, en este caso el mar Cantábrico, que permitiría evacuar tropas hacia lugares más comprometidos, como el limes germánico.

En la actualidad se da más importancia a otras motivaciones, como el deseo de Octavio de obtener alguna victoria sobre pueblos bárbaros que hiciese olvidar a los romanos las cruentas guerras civiles contra los asesinos de César y después contra Marco Antonio y que, en el caso de Hispania, le daría por añadidura el prestigio de acabar una conquista iniciada 2 siglos antes.

Y por supuesto, no hay que olvidar que los romanos tenían conocimiento de la riqueza minera de las regiones de los cántabros (hierro y plomo) y astures (oro).

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